El Paciente Cero

Ernesto era fanático de ir de día de campo, aquella tarde mientras instalaba su casa de campaña le pareció ver que una extraña luz cruzó el cielo, dicho luminosidad se perdió entre la montaña y no volvió a verla. Entrada la noche desde la montaña donde se perdió la luz fugaz que vio comenzaron a escucharse ruidos, sonidos extraños, incluso comenzó a propagarse un fuerte olor a quemado, no era el típico olor  leña, si no que aquel olor era como cuando un aparato eléctrico se sobre calienta.

Ernesto se despertó por el sonido de los ruidos extraños, una especie de mazazos sobre acero. Comenzó a subir la montaña armado únicamente con la cámara de su teléfono para grabar todo, de pronto encontró tirada sobre el suelo a una mujer joven, la chica vestía con un overol beige, portaba lentes, guantes y casco. De inmediato se acercó a ella intentando ayudarla, se encontraba inconsciente, tenía en su cinto con algunos aditamentos, la cargo y comenzó el descenso; se percató que el olor a cables quemados irradiaba de ella, no entendía como podía haber llegado hasta esa parte de la montaña y estar en esas condiciones.

Una vez en su campamento intentó reanimarla, le puso sobre su nariz un trapo con alcohol, por lo que la joven volvió en sí, aunque se notaba desorientada le preguntó que quién era él y que en qué años estaban. Ernesto respondió que la había encontrado en lo alto de la montaña desmayada y que la había encontrado porque se escuchaban fuertes ruidos desde lo alto del cerro, que por ello había podido saber que alguien se encontraba arriba, que además estaban en el año 2020.

La joven se levantó del suelo donde se encontraba recostada y dijo que le agradecía mucho su ayuda y que la perdonara por el daño que le iba a causar, esas palabras sorprendieron al joven quien le pidió una explicación pues no entendía que ocurría ni comprendía porque le iba a hacer daño. La chica se identificó como Osiris, añadió además que era una viajera dimensional que su paso por nuestro universo era producto de una falla en la programación de su viaje. Que realmente debería estar en nuestra realidad pero en el año 1960 pues tenía una importante misión que cumplir en dicho año.

Ernesto con demasiado escepticismo le dijo qué cómo era posible que viajara en el tiempo, a lo que ella respondió que más que viajar en el tiempo viajaba entre dimensiones, le explico que existen diferentes universos, que todos son aparentemente iguales, aunque con pequeñas grandes diferencias, por ejemplo en su mundo los viajes entre dimensiones son posibles, siempre y cuando no causen conflicto con el desarrollo normal de cada mundo y su civilización. Le dijo además que seguramente su viaje tuvo una falla en la programación, por ese motivo ella se encontraba ahí con él, pues su destino era Estados Unidos, a mitad del 1900; Ernesto preguntó qué por qué si tenía la capacidad de viajar entre universos no podía evitar esos errores.

Osiris respondió que existían malhechores como en todo universo que seguramente su viaje había sido saboteado por alguna razón; le dijo además que debía perdonarla pues ella era portadora de una enfermedad infecciosa que seguramente lo contagiaría, que en realidad ella era la paciente cero de una plaga que debía extenderse en nuestro mundo en el año de 1960, que no podía explicar el motivo por el cual ella sembraría la infección, pero que debía suceder así, ahora con la falla de su misión el destino de la humanidad de este universo se encontraba en riesgo.

Ernesto a un sin creer en lo que decía Osiris la miraba como esperando que le confesara que todo era una broma, aunque había ciertas cosas que no podía comprender, cómo el por qué de su ropa, el olor a quemado que salía de su cuerpo y como había llegado hasta esa parte de la montaña de una forma tan inexplicable.

Un pequeño sonido comenzó a salir del reloj de Osiris, quien lo miró y le dijo a Ernesto, que el tiempo de su misión había terminado que lo perdonara y que si quería salvar la humanidad de su mundo debía sacrificarse en el fuego. A los pocos instantes comenzaron a sonar de nuevo aquellos extraños ruidos y Osiris poco a poco fue evaporándose en la nada: a la mañana siguiente y como si le costase salir de aquel estado catatónico, Ernesto comenzó a juntar sus pertenencias, llegó a su casa y contó a sus padres lo ocurrido, al ver que estado no mejoraba optaron por llevarlo con un psicólogo,quien determinó que aquel estado paranoico podía deberse al consumo de alguna sustancia.

Al paso de 15 días Ernesto comenzó a presentar elevadas fiebres; sus padres lo llevaron de inmediato a un sanatorio,donde le practicaron diferentes exámenes clínicos, los cuales determinan que es portador de una extraño padecimiento altamente destructivo del sistema digestivo, por ello el malestar estomacal y la deshidratación severa que lo aqueja; no han encontrado casos clínicos previos similares, temen estar antes el brote de una desconocida enfermedad, los padres del joven han reportado también sentir los mismos síntomas, por lo que han sido puestos en cuarentena y están intentando localizar al psicólogo que lo atendió. En los medios de comunicación se ha comenzado a filtrar la información sobre una desconocida enfermedad que los médicos intentan controlar y aunque no se tienen muchos detalles ya todos comienzan a hablar sobre Ernesto el paciente cero.

El Paciente Cero – Vídeo Relato

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