El Trailero y la Bruja

Arnulfo tomó las llaves de su trailer y salió directo a su destino, tenía la orden de llevar su mercancía a Saltillo. Su recorrido lo inició en la tarde, entregó el cargamento en las primeras horas de la noche y decidió regresar a Monterrey para poder hacer más viajes y por ello obtener un mayor ingreso. Durante su regreso la carretera lucía completamente desierta, ningún otro automóvil se podía ver, le pareció sumamente extraño no observar las luces de ningún vehículo. Además le llamó poderosamente la atención que una densa niebla cubría por completo la autopista.

En ese momento a la distancia entre la niebla vio la silueta de lo que parecía ser una mujer. Al frenar su trailer, la mujer se acercó a la puerta del trailero y él sin bajarse de la unidad cuestionó que le sucedía; respondió que necesitaba llegar a Santa Catarina en Nuevo León y ¿qué si podía llevarla?, él le dijo que sí, aunque no estaba muy convencido de lo que hacía pues sabía de casos de compañeros asaltados bajo esa modalidad.

La mujer subió al tráiler y le agradeció el favor, le dijo además que ya tenía bastante rato ahí y nadie se detenía a prestarle auxilio, Arnulfo sin quitar la vista del frente le preguntó entonces si por esa razón se había colocado a mitad del asfalto, por lo que contestó que no, que eso lo había hecho porque ahí había bajado desde lo alto cuando se divertía volando. Arnulfo volteó a verla y se dio cuenta que la mujer que él había subido ya no se encontraba, ahora junto a él iba un ser con rostro espantoso, su aspecto era el de un demonio salido directamente del infierno, su piel parecía colgar del rostro y sus ojos eran negros completamente.

Arnulfo le dijo que no le tenía miedo, que su cruz lo protegía de cualquier ataque demoníaco y de manera veloz abrió su camisa y se arrancó del cuello la cadena en la que colgaba un crucifijo, el cual mostró a la bruja, quien al ver aquella imagen sagrada abrió la puerta del tráiler y se lanzó hacia abajo, sin importarle que la pesada unidad se encontrara en movimiento.

El trailero buscó la manera de orillarse y cerrar la puerta que había quedado abierta tras el escape de la bruja. Una vez que el trailer arrancó de nueva cuenta se percató que por más velocidad que intentaba tomar el tráiler parecía llevar una carga pesada, misma que le impidiese avanzar a la velocidad que él deseaba, algo que era imposible, pues el vehículo regresaba a Monterrey sin ninguna carga.

Al seguir su recorrido pudo oír como sobre su cabina comenzaron a escucharse con fuerza los pasos de alguien, la niebla que había visto durante todo el camino de pronto fue volviéndose más y más densa, lo que provocaba que la visión fuese aún más complicada.

De un momento a otro los pasos cesaron y volvió a ver en mitad de la carretera a la bruja, de nuevo tenía su forma humana, tal y como la había visto al principio, solo que esta ocasión decidió acelerar con mayor fuerza para así arrollarla y terminar con la amenaza de aquella situación.

Las llantas del tráiler parecía que volaban sobre el asfalto, al ir acercándose a la bruja, ésta abrió sus brazos y de la forma más increíble comenzó a levantarse sobre el suelo, de tal forma que puedo evitar ser arrollada por el vehículo.

Arnulfo sonrió triunfante pues pensó que la bruja no era tan valiente, sin embargo de la nada escuchó un fuerte golpe sobre la cabina, lo que provocó que casi perdiera el control del tráiler. Gracias a su experiencia pudo sobreponerse a la situación, sin embargo comprendió que la bruja se encontraba sobre la cabina.

A su costado, en la ventana pudo ver la mano de aquél será, ésta comenzó a rasgar el vidrio intentando causar malestar en el trailero debido a los rechinidos, sin embargo Arnulfo pegó el crucifijo al cristal, lo que provocó que la bruja de inmediato retirará su mano.

La bruja elevó su vuelo frente al trailer ante la mirada de Arnulfo, quien siempre pensó que las brujas tomaban la forma de una lechuza para volar, sin embargo ahí el mismo pudo ver como aquella bruja se movía por el aire como si flotara a voluntad. Aquel horrible ser de pronto se perdió entre la oscuridad, la luces del tráiler ya no la iluminaron y el hombre ya no la vio más.

Al llegar a su casa le contó el ataque de aquel ser y la forma en la que había logrado echarla fuera del tráiler y vencerla. Su mujer que era muy creyente le dijo que el poder del crucifijo era demasiado fuerte para todos los seres demoníacos que temían a su luz, ante una cruz no hay ningún demonio que pueda hacerle frente, pues sabe que será vencido por el infinito poder de Dios.

El Trailero y la Bruja

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