La Serenata (Especial Día de Muertos)

RELATOS DE TERROR

LA SERENATA [ESPECIAL DÍA DE MUERTOS]

Beto Herrera había tenido innumerables aventuras en su larga vida artística como Mariachi, nada que le dijeran él desconocía, desde muy pequeño abandonó la escuela y su padre lo llevó a trabajar al mismo mariachi donde él laboraba. Aquel dos de noviembre se encontraban muy contentos porque tenían lleno de trabajo el día y lo mejor es que todo era cerca de su casa.
Varias personas los habían contratado para llevar música al Panteón Municipal, la mayoría eran hijos que llevaban sus canciones favoritas a sus padres fallecidos, todo como parte de la tradición mexicana de celebrar el día de muertos.
Por la noche en punto de las 10 se reunieron en la avenida Penitenciaría como lo habían hecho los últimos 25 años, a los pocos minutos un hombre se acercó a ellos y les pidió le llevaran serenata a su esposa, de la cual estaba separado y quería reconquistarla.
Se arreglaron en el precio y él abordó la camioneta del mariachi para indicarles como llegar, en el trayecto les contó que trabajaba en una empresa en Monterrey, por Fidel Velázquez y que vivía en Santa Catarina, pero ya andaban viendo el cambiarse de casa porque tenían muchos problemas con el transporte y las distancias.
Avanzaron por la avenida Gonzalitos y el hombre les contó que nunca le había durado tanto el disgusto a su mujer, que él la veía y ella lo ignoraba por completo, como si no existiera.
Beto le dijo que así eran las mujeres cuando se enojaban, que él era un experto en damas y que por experiencia propia podía asegurarle que después de la serenata la reconciliación sería segura.
El hombre con un rostro desalentado le dijo que esperaba que fuera así, pues amaba mucho a su esposa, además tenían 3 hijos de 11, 8 y 6 años, les comentó además que el día que discutieron él salió de casa sin despedirse y su mujer, aún disgustada le gritó «ojalá y nunca vuelvas», lo que le había dolido demasiado.
Llegaron a la vivienda, iniciaron la serenata con un romántico bolero, de inmediato las luces de aquella casa se encendieron, parecía como si ya estuvieran esperándoles, continuaron con dos melodías más, el canto coral de los músicos hubiera hecho que cualquier persona se conmoviera por lo hermoso de las letras así como por el sentimiento interpretativo.
Al terminar la tercer canción de la casa salió una mujer, los músicos de inmediato animaron al hombre diciéndole entre vivas y porras que la serenata había resultado un éxito, sin embargo, aquel hombre apesarado no estaba por ningún lado, parecía que se hubiera esfumado en mitad de la noche.
La mujer se acercó a ellos, les dió las buenas noches y preguntó qué cuánto les debía, los músicos no entendían, no comprendían por qué la esposa era quien terminaría pagando la serenata que contrató su marido.
«Yo soy la hija mayor del hombre que los trajo, él falleció hace varios años cuando el tren se llevó al camión de la ruta 120 en Santa Catarina. Desde entonces cada día de muertos le trae serenata a mi mamá, hoy es el único día que puede volver a este mundo, cada año es lo mismo, siempre busca la forma de contentarse con mi madre, al principio salíamos corriendo para poder verlo, pero siempre desaparecía antes de que pudiéramos salir de casa, por ello mi mamá optó por dejar que los mariachis tocaran y solo encendíamos las luces, de esa forma él sabría que ella aceptaba las canciones como disculpa».
Los mariachis se negaban a aceptar el pago, pero la mujer insistió diciéndoles
«Mi madre murió la semana pasada, y su última voluntad fue que si mi padre seguía viniendo cada 2 de noviembre era porque aún no podían reencontrarse; por lo cual, ella quería que él supiera como cada año que al aceptar la serenata ella lo perdonaba».
Desde entonces Beto Herrera ha compartido la historia con otros músicos y para sus sorpresa, muchos han vivido la misma experiencia que él, el 2 de noviembre, el mismo hombre triste se acerca a ellos, les cuenta que está disgustado con su mujer y quiere reconquistarla, llegan a la serenata y después de 3 canciones sale la esposa, les paga y les dice que su marido murió en uno de los accidentes más trágicos en la historia de Nuevo León.

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