Adaptación libre del relato original de Daniel Hernández.
La Niña Poseída: Aquella noche Daniel se encontraba en el área de urgencias del hospital, sus compañeros y él aguardaban como cada noche a la espera de las emergencias que pudiesen presentarse, pasadas las 3 de la madrugada vieron llegar a un paramédico acompañado por una joven, entre ambos llevaban en los brazos a una adolescente en aparente estado de ebriedad, Daniel y su compañero Gilbran le dieron una silla de ruedas y la llevaron hasta uno de los consultorios dónde preguntaron cuál era la situación, el paramédico le dijo a doctor con timidez y nerviosismo:
«No lo va a creer doctor, pero los familiares de la paciente comentan que hace unos días la chica estuvo jugando a la ouija con más personas y desde entonces dice que tiene un espíritu dentro”.
El doctor y los paramédicos se miraron entre sí con incredulidad, cuando de pronto la jovencita levantó el rostro y con una sonrisa diabólica además de una voz gruesa y horrorosa apuntó hacia afuera diciendo: «Dile que se vaya, que se vaya o me la voy a llevar».
El paramédico dijo temeroso que quien estaba afuera era el hermano de la niña.
Uno de los enfermeros le preguntó sarcásticamente a la niña:
«¿entonces usted es uno de los demonios que andan por el mundo llevándose gente?»
La niña giró su cara hacia él y con un semblante por demás malévolo le respondió:
«Así es Gilbran»
Todos quedaron petrificados por la impresión, nadie le había dicho el nombre del joven ni tampoco portaba una identificación visible o algún bordado en la ropa.
El médico intentando finiquitar la situación les dijo que les daría un pase a otro hospital donde tendrían oportunidad de darle mayor atención, entre todos los presentes sujetaron a la niña que con una fuerza sobrehumana intentaba evitar que le inyectasen, al fin, después de sedarla y quedar inconsciente el joven paramédico sacó a la niña en la silla de ruedas y la llevaron a mitad de la noche al hospital a dónde se le había canalizado; aunque los dejo con un profundo miedo y espanto, nunca supieron qué fin tuvo la historia de la niña poseída.
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