RELATOS DE TERROR
MUERTE EN LA NOCHE NEVADA
Aquella fría noche de invierno Agustín se había quedado en la oficina terminando pendientes, para cuando menos lo imaginó el reloj marcaba las 2:05 de la madrugada, sin importar el cansancio siguió trabajando. De pronto una llamada interrumpió la calma, observó que quien llamaba era su esposa, no contestó, guardó el teléfono en su portafolios, continuo trabajando y 15 minutos después apagó la máquina, se abrigó y salió del despacho; se sorprendió en ver que afuera lo esperaba Marcelo, su socio y amigo.
Le preguntó la causa por la que estaba ahí y Marcelo respondió que necesitaba hablar con él sobre un tema delicado; Agustín propuso entonces que fueran a su casa, no quería regresar a la oficina, había pasado ahí las últimas 19 horas seguidas. Ambos eran vecinos, vivían en casas contiguas en un exclusivo vecindario al poniente de la ciudad y desde jóvenes habían iniciado una sociedad laboral montando un muy respetado despacho contable.
Subieron al auto y una vez iniciado el viaje Marcelo dijo que se encontraba en graves problemas, que las deudas estaban muy por encima de sus ingresos y que por ello había tomado decisiones que sabía iban a cambiar su vida para siempre, pero que a final de cuentas prefería sacrificarse a que sus hijos tuvieran que pasar por la humillación de verse en la miseria.
Agustín preguntó qué había hecho; Marcelo respondió que buscó todas las formas en las que pudiera reducir sus deudas y que encontró un grupo de personas que le propusieron participar en algo demasiado arriesgado pero que le aseguraba el sanar su economía. Le explicó que esas personas pertenecían a un extraño y antiguo culto de adoradores del mal, que le habían ofrecido participar siendo el centro de un ritual para invocar a distintos demonios con la idea de que uno de ellos escuchara el llamado y acudiera.
Agustín le reprochó su osadía, le dijo que esas cosas no eran de juego; Marcelo continuó diciendo: “Ellos te observan, los demonios, el mal, el diablo, sólo esperan ser llamados y llegan- sí, eso era lo que me decían, hoy me presente a las diez de la noche en la mansión en la que me citaron, una vez listo para el ritual me mostraron el depósito que hicieron en mi cuenta, el magnate Eugenio Robles, el director general del Banco Industrial Metropolitano pertenece a ese culto, de hecho él es el líder”.
Atento Agustín le escuchaba, a la vez que manejaba con precaución, ya que además de las bajas temperaturas del invierno, la carretera era cubierta por una ligera tormenta de nieve.
“En el ritual se invocaron a poderosos demonios, a través de mi hablaron, los hombres y las mujeres que les adoran buscaron su guía y consejo, ahí recibieron la facultad de la clarividencia, yo no podía hablar, pero escuchaba y veía todo lo que sucedía en el lugar, sentí por mi ser correr la energía de esos demonios, además, pude darme cuenta de muchas cosas que nunca hubiera imaginado”.
Prosiguió diciendo que al concluir el ritual y dejar de servir como puente entre los demonios y el culto satánico, Eugenio Robles le dijo que tenía hasta antes de las 3 de la madrugada para demostrar su agradecimiento.
“El líder del culto me dijo que si quería el bienestar para mi familia debería demostrarle al diablo lo que era capaz de hacer para él, por mi familia, así que me dieron de plazo hasta las 3de la madrugada para matar y ofrendarle los crímenes, a cambio, por cada persona que yo sacrifique una generación completa de mi familia vivirá con todos los lujos que necesite y libre de cualquier problema económico, hasta ahorita he asegurado ya la vida de mis hijos y mis nietos, pero todavía tengo 5 minutos más para hacer algo por todos mis descendientes”.
Justo al terminar de decir lo anterior, arribaron a la casa de Agustín, afuera de su hogar le cuestionó sus acciones; Marcelo sacó entonces de su abrigo un filoso cuchillo que llevaba y le dijo que durante el ritual pudo ver claramente que Lucía, su esposa y él se había vuelto amantes.
Marcelo se lanzó con el cuchillo hiriéndolo en el cuello. Bajó del auto y vio como intentaba cubrirse la herida para evitar desangrarse, le asestó una puñalada en la espalda, lo sacó y lo dejó sobre el concreto frío encima de un charco de sangre que teñía de rojo la nieve. Observando como agonizaba ahogándose en su sangre, se inclinó y le confesó que antes de llegar al despacho, mató a Fernanda y a Federico, esposa e hijo de Agustín, que la llamada que recibió antes de salir la había hecho su esposa mientras intentaba esconderse con su hijo y que de Lucía ya se había encargado el demonio.
Agustín intentaba hablar, aunque por su boca solo salía sangre producto de las heridas mortales que tenía. Marcelo se levantó y cruzó la calle, entró en su casa y llamó a la policía; a los pocos minutos arribaron agentes policiacos a quienes Marcelo recibió y les dijo que había descubierto el cuerpo de su mujer en el patio trasero colgando de un árbol, se había estrangulado con la cuerda del columpio en el que su hija de 5años jugaba.
Les entregó una carta escrita de puño y letra de Lucia, ahí relataba que tras meses de encuentros clandestinos Agustín decidió terminar la relación para salvar su matrimonio y por ello en venganza decidió matar a la esposa e hijo de su amante, así como a él mismo. En las líneas también explicaba que el motivo de su suicidio era porque no quería causar dolor a su hija y a su marido así como que imploraba su perdón. En el suelo estaba tirada el arma homicida, la cual tenía las huellas digitales de la mujer. La policía dio carpetazo al caso, calificándolo como un crimen pasional. A los pocos meses Marcelo se convirtió en una celebridad popular por sus apariciones en programas de televisión y entrevistas, dando entrevistas hablando de cómo había afrontado el enterarse que su esposa adultera se hubiera convertido en una memorable criminal, así como la forma en la que lograba que su hija no se viera afectada por los terribles hechos.
Publicó un libro titulado “Muerte en la noche nevada”, el cual en horas agotó su primer tiraje, a los pocos días se publicó en distintos idiomas, logrando ventas millonarias por el mundo. Esa fama lo hizo convertirse en uno de los hombres más ricos y cliente predilecto del Banco Industrial del Norte.
En una entrevista concedida al programa de televisión de mayor audiencia del país Marcelo dijo: “Mucha gente me pregunta cómo logre darle vuelta a esta situación que para otros habría sido devastadora y siempre doy la misma respuesta, entregue mi voluntad al señor y ofrende a él todas las desgracias que pasaron aquella horrible noche, hoy estoy aquí, dando testimonio de cómo salir de cualquier problema que se te pueda poner en frente”.
Le preguntó la causa por la que estaba ahí y Marcelo respondió que necesitaba hablar con él sobre un tema delicado; Agustín propuso entonces que fueran a su casa, no quería regresar a la oficina, había pasado ahí las últimas 19 horas seguidas. Ambos eran vecinos, vivían en casas contiguas en un exclusivo vecindario al poniente de la ciudad y desde jóvenes habían iniciado una sociedad laboral montando un muy respetado despacho contable.
Subieron al auto y una vez iniciado el viaje Marcelo dijo que se encontraba en graves problemas, que las deudas estaban muy por encima de sus ingresos y que por ello había tomado decisiones que sabía iban a cambiar su vida para siempre, pero que a final de cuentas prefería sacrificarse a que sus hijos tuvieran que pasar por la humillación de verse en la miseria.
Agustín preguntó qué había hecho; Marcelo respondió que buscó todas las formas en las que pudiera reducir sus deudas y que encontró un grupo de personas que le propusieron participar en algo demasiado arriesgado pero que le aseguraba el sanar su economía. Le explicó que esas personas pertenecían a un extraño y antiguo culto de adoradores del mal, que le habían ofrecido participar siendo el centro de un ritual para invocar a distintos demonios con la idea de que uno de ellos escuchara el llamado y acudiera.
Agustín le reprochó su osadía, le dijo que esas cosas no eran de juego; Marcelo continuó diciendo: “Ellos te observan, los demonios, el mal, el diablo, sólo esperan ser llamados y llegan- sí, eso era lo que me decían, hoy me presente a las diez de la noche en la mansión en la que me citaron, una vez listo para el ritual me mostraron el depósito que hicieron en mi cuenta, el magnate Eugenio Robles, el director general del Banco Industrial Metropolitano pertenece a ese culto, de hecho él es el líder”.
Atento Agustín le escuchaba, a la vez que manejaba con precaución, ya que además de las bajas temperaturas del invierno, la carretera era cubierta por una ligera tormenta de nieve.
“En el ritual se invocaron a poderosos demonios, a través de mi hablaron, los hombres y las mujeres que les adoran buscaron su guía y consejo, ahí recibieron la facultad de la clarividencia, yo no podía hablar, pero escuchaba y veía todo lo que sucedía en el lugar, sentí por mi ser correr la energía de esos demonios, además, pude darme cuenta de muchas cosas que nunca hubiera imaginado”.
Prosiguió diciendo que al concluir el ritual y dejar de servir como puente entre los demonios y el culto satánico, Eugenio Robles le dijo que tenía hasta antes de las 3 de la madrugada para demostrar su agradecimiento.
“El líder del culto me dijo que si quería el bienestar para mi familia debería demostrarle al diablo lo que era capaz de hacer para él, por mi familia, así que me dieron de plazo hasta las 3de la madrugada para matar y ofrendarle los crímenes, a cambio, por cada persona que yo sacrifique una generación completa de mi familia vivirá con todos los lujos que necesite y libre de cualquier problema económico, hasta ahorita he asegurado ya la vida de mis hijos y mis nietos, pero todavía tengo 5 minutos más para hacer algo por todos mis descendientes”.
Justo al terminar de decir lo anterior, arribaron a la casa de Agustín, afuera de su hogar le cuestionó sus acciones; Marcelo sacó entonces de su abrigo un filoso cuchillo que llevaba y le dijo que durante el ritual pudo ver claramente que Lucía, su esposa y él se había vuelto amantes.
Marcelo se lanzó con el cuchillo hiriéndolo en el cuello. Bajó del auto y vio como intentaba cubrirse la herida para evitar desangrarse, le asestó una puñalada en la espalda, lo sacó y lo dejó sobre el concreto frío encima de un charco de sangre que teñía de rojo la nieve. Observando como agonizaba ahogándose en su sangre, se inclinó y le confesó que antes de llegar al despacho, mató a Fernanda y a Federico, esposa e hijo de Agustín, que la llamada que recibió antes de salir la había hecho su esposa mientras intentaba esconderse con su hijo y que de Lucía ya se había encargado el demonio.
Agustín intentaba hablar, aunque por su boca solo salía sangre producto de las heridas mortales que tenía. Marcelo se levantó y cruzó la calle, entró en su casa y llamó a la policía; a los pocos minutos arribaron agentes policiacos a quienes Marcelo recibió y les dijo que había descubierto el cuerpo de su mujer en el patio trasero colgando de un árbol, se había estrangulado con la cuerda del columpio en el que su hija de 5años jugaba.
Les entregó una carta escrita de puño y letra de Lucia, ahí relataba que tras meses de encuentros clandestinos Agustín decidió terminar la relación para salvar su matrimonio y por ello en venganza decidió matar a la esposa e hijo de su amante, así como a él mismo. En las líneas también explicaba que el motivo de su suicidio era porque no quería causar dolor a su hija y a su marido así como que imploraba su perdón. En el suelo estaba tirada el arma homicida, la cual tenía las huellas digitales de la mujer. La policía dio carpetazo al caso, calificándolo como un crimen pasional. A los pocos meses Marcelo se convirtió en una celebridad popular por sus apariciones en programas de televisión y entrevistas, dando entrevistas hablando de cómo había afrontado el enterarse que su esposa adultera se hubiera convertido en una memorable criminal, así como la forma en la que lograba que su hija no se viera afectada por los terribles hechos.
Publicó un libro titulado “Muerte en la noche nevada”, el cual en horas agotó su primer tiraje, a los pocos días se publicó en distintos idiomas, logrando ventas millonarias por el mundo. Esa fama lo hizo convertirse en uno de los hombres más ricos y cliente predilecto del Banco Industrial del Norte.
En una entrevista concedida al programa de televisión de mayor audiencia del país Marcelo dijo: “Mucha gente me pregunta cómo logre darle vuelta a esta situación que para otros habría sido devastadora y siempre doy la misma respuesta, entregue mi voluntad al señor y ofrende a él todas las desgracias que pasaron aquella horrible noche, hoy estoy aquí, dando testimonio de cómo salir de cualquier problema que se te pueda poner en frente”.
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