Fotos Macabras

RELATOS DE TERROR

FOTOS MACABRAS

Micaela terminó de estudiar la carrera de Comunicación y decidió abrir un estudio fotográfico, a un par de calles de su domicilio había un viejo local que en años pasados funcionó con el giro que ella quería. En la ventana colgaba un viejo letrero con la leyenda “Se Traspasa” así como un número telefónico, decidió llamar aun sabiendo que el cartel era muy antiguo y que seguramente nadie contestaría.
Una mujer contestó la llamada, Micaela dijo su interés en la propiedad y acordaron verse al día siguiente en el viejo local a las 8 de la noche. Llegó puntal a la cita, pero pasaron 15 minutos y nadie llegó, pensó en esperar otros 5 minutos más y volver a su casa. De pronto un mensaje sonó en su teléfono, en él se leía: Perdona, no puedo llegar, bajo el mosaico de la entrada debe estar una copia de la llave, por favor entra; si el local es lo que necesitas, me llamas y cerramos el trato.
Entusiasmada buscó, encontró la llave y entró al lugar, dentro pudo ver que aunque cubierto por el polvo todo se encontraba listo para trabajar, parecía que un día se hubiera cerrado y a la mañana siguiente ya no se hubiese abierto. Revisó los cajones del escritorio del privado que estaba al final del local, encontrando infinidad de fotografías de niños, la mayoría eran jóvenes de su edad que conocía puesto que eran los vecinos del barrio.
Todo parecía por demás ordinario en las fotos, pero al reverso de estas se podía leer una fecha escrita, cada una distinta, la mayoría estaba señalando al futuro, pero dos imágenes apuntaban al pasado; se trataban de las fotos de Emiliano y Abigail , dos pequeños que habían sido sus vecinos durante la infancia. Lo inquietante de estas fotos es que la fecha que tenían correspondía al día de su muerte, Emiliano había muerto el 3 de abril en un accidente automovilístico, cuando su familia volvía de vacaciones, Abigail en cambio había muerto al día siguiente por la gravedad de sus lesiones.
Esas fechas eran las que aparecían al reverso de las fotos; siguió revisando en los cajones y encontró más fotografías con distintas fechas, lo que la hizo llegar al siguiente razonamiento: Si la fecha que aparecía en la foto de Emiliano y Abigail era la de su muerte, las que estaban fechadas en el futuro podrían tratarse del día en que morirían.
Tomó aire y entendió que estaba siendo demasiado paranoica al pensar de esa forma; continuo revisando las fotos y encontró una foto de ella cuando era pequeña, al momento sintió que la sangre se le helaba, en el fondo pensaba que su idea de que las fotos tuviesen la fecha de la muerte de la persona retratada no era tan absurda, además había algo en su interior que le hacía sentir confianza en esa teoría.
Tomó la foto con la mano temblorosa, miró al reverso, dándose cuenta que se indicaba justo ese día, la desesperación se apoderó de ella, pues eran casi las 9 de la noche y si la foto daba la fecha de su muerte, le quedaban pocas horas. Intentaba no sugestionarse, se decía así misma que su imaginación había llegado demasiado lejos.
Salió del estudio y se dirigió a su casa, cruzó el parque de la colonia y estando a pocos metros de llegar a su hogar cruzó la calle, no percatándose de un automóvil que se desplazaba a alta velocidad en esa dirección. El carro la arrolló proyectándola varios metros más adelante, siguiendo su destino sin detenerse.
Micaela a pesar de los golpes se incorporó y camino hacia la orilla, sentándose en una banca del parque, se miró brazos y piernas, tenían raspones por el impacto, se sorprendió al darse cuenta que no sentía dolor, le faltaba uno de sus zapatos. Un niño se acercó y se lo llevó, ella extendió la mano, cuando escuchó que alguien llamaba al pequeño, al entregarle el zapato ella no pudo sujetarlo, pues su mano se desvaneció; el niño le señalo hacía el frente algo terrible; en el asfalto yacía su cuerpo sobre un charco de sangre, alrededor había curiosos grabando con su teléfono y otros más llamaban solicitando ayuda médica.
El pequeño corrió hacia las personas y se tomó de la mano de un señor. Entendió que no sentía dolor porque ya estaba muerta y que las fechas que estaban en las fotos eran reales.

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