El Emisario Maligno (Adelanto)

“Ésta carnita asada está rica, pero hacen falta unas quesadillitas con salsa para que se sienta una cena completa… Ahorita mismo sería capaz de venderle mi alma al diablo por un par de quesadillas”
Sus amigos lo miraron con un gesto de asombro e incredulidad, por lo que Mariano que era el mayor de los tres le dijo ya con un tono bastante serio que lo mejor era que se calmara que ya estaba actuando como un loco o un borracho y que no era ni uno ni otro, que no tenía ningún sentido lo que estaba haciendo. 

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