Invocación (Capítulo IV - El Parque)


Fabiola quedo impactada por la información que leía en la computadora, por lo que le dijo a Alberto que deberían ponerse en contacto con ese usuario, él le respondió que era muy aventurado de la noche a la mañana conocer a personas de esa forma por internet.

Ella lo vio con un gesto acusador a lo que él respondió: “Si, ya se, es verdad que por la app, mientras andaba contigo, salí…”

Lo interrumpió bruscamente diciéndo que lo que había sucedido en el pasado entre ellos dos, no tenía por qué explicárselo de nuevo, que eso era un tema que para ella no tenía importancia ya que era parte del pasado y que le agradecía que la apoyara en la actualidad.

Él se le acercó y le dijo que le mostrara lo que veía en la computadora, ella le señalo un perfil en específico y comenzó a platicar con esa persona, lo que le hacía particular, era que vivía en el mismo barrio, por lo que pactaron verse en 15 minutos en el parque de la colonia.

Alberto y Fabiola llegaron al parque, se sentaron en una banca, preguntó si estaba segura de lo que hacía, que aun podían regresar y no quedar como ingenuos. Ella se levantó de la banca y en tono serio le dijo que si tenía miedo a quedar como ingenuo, que podía irse, que no sintiera compromiso alguno.

De entre toda la gente que estaba en el parque jugando, algunos haciendo ejercicio y otros más paseando vieron emerger de pronto a una chica que se acercó a ellos, los saludo y se presentó como Homero, Alberto y Fabiola la miraron con incredulidad y por lo que les explicó que en realidad su nombre era Camie, pero el sobrenombre que usaba en la web era Homero en honor a su novio quien la había instruido en todo lo referente al mundo sobrenatural y quien se había suicidado un par de años atrás.

Fabiola le cuestionó por qué el niño estaba relacionado siempre a suicidios y por qué lo seguían viendo solo algunas personas, Camie la miró con atención y respondió que el niño era en realidad un demonio, un ser del infierno que llegaba a las personas cuando estas hacían una invocación, o una petición con mucha fe y sentían que Dios no los escuchaba. 

Camie dijo: “Algunas personas piden con mucha devoción, con toda la fe que hay en su corazón y cuando sienten que no tienen respuesta de Dios, esa misma fuerza que impulsaba su fe funciona como un imán que atrae a los seres del bajo astral, comienzan a llegar señales a demonios, señales de que hay personas que pueden ser blanco fácil para hacer que cometan el pecado más grande que existe, el quitarse la vida. Generalmente comienzan a sentir su presencia en sueños, comienzan a tener viajes astrales sin darse cuenta, y es ahí donde que se da el primer contacto con este demonio que los engaña bajo la apariencia de un niño rubio, la mayoría de las personas lo ven como un ángel, él se los hace creer, piensan que al fin Dios les ha dado respuesta, así es como este demonio se acerca a ellos, los infecta y finalmente los convence de quitarse la vida”.

Alberto sin creer mucho en lo que escuchaba le cuestionó como es que ella sabía tanto sobre el tema, que si era espiritista. Camie, dio una respuesta que jamás hubieran imaginado.

Con serenidad les dijo: “Mi novio murió hace dos años como ya les he dicho; él era cubano, santero y tenía la habilidad para hacer viajes astrales, en uno de esos tantos viajes hizo contacto con ese demonio, a él no lo engañó, ya que sabía cómo identificar y diferenciar a los seres del bajo astral”. Fabiola preguntó con tibieza y sorprendida ante lo escuchado que por qué si era santero no había podido liberarse de ese demonio.

Respondió Camie: “Ellos te observan, saben lo que haces siempre, esos demonios te eligen y cuando tienen la posibilidad de hacer contacto contigo no la desaprovechan, Homero en uno de sus viajes astrales me conoció, yo también tengo la habilidad de desprenderme de mi cuerpo, así como me encontró también se encontró con muchos peligros y uno de esos fue el quedar contaminado por ese demonio que nunca lo dejo en paz. Cuando la fe de las personas se encuentra débil, el miedo ocupa un mayor espacio en tu vida y es ahí donde los demonios, o al menos este demonio puede llegar a materializarse y salir del plano astral al nuestro, puede entonces tomar la forma en que es visto por otras personas, cuando alguien más puede verlo es porque se encuentra lleno de energía, tras el suicidio de las personas en el lugar donde mueren queda una mancha demoniaca, un oasis donde el demonio puede habitar, se engancha a los que ahí viven y se propaga mientras haya dudas y miedos en las personas con quienes ha tenido contacto, en este caso tú.”

Fabiola mientras escuchaba lo que Camie decía no podía dejar de pensar sobre cuál sería el motivo por el que su madre haya hecho contacto con ese demonio.

Alberto le apretó el hombro a Fabiola manifestándole su apoyo y mirando fijamente a Camie le preguntó que como podían tener certeza sobre todo lo que les estaba diciendo, que qué pruebas podría darles para que pudieran estar seguros de que no era solo charlatanería.

Camie les respondió que solo tenían que mirar a su alrededor, giraron la cabeza y se dieron cuenta que en torno a ellos había una gran parvada de pájaros negros, los tres estaban en el centro de todas esas aves, además el parque estaba vacío, no había nadie más en el lugar, siendo que cuando llegaron había niños y familias divirtiéndose en los juegos.

Alberto y Fabiola no encontraban explicación lógica para lo que pasaba en el parque, Camie les dijo que no había que pedir muchas pruebas, que las cosas eran más que evidentes, que además iban a tener más experiencias sin explicación.

Al terminar de decir eso comenzó a caer una lluvia muy fuerte, el viento comenzó a sacudir los árboles del parque y los juegos del mismo comenzaron a moverse como si alguien los estuviera utilizando, los tres se levantaron y corrieron hasta llegar a una tienda que estaba al otro lado de la calle, entraron al local donde las paredes eran de cristal y podía verse hacia afuera, en ese momento un rayo cayó en la banca donde estaban sentados minutos antes, los cristales de la tienda se estrellaron por el estruendo y la cajera soltó un gritó espeluznante diciendo: “ayuden al niño, por qué no lo trajeron con ustedes, al niño le cayó el rayo”.

Camie los miró y les dijo que salieran de ahí, antes de que los acusaran de algo, salieron bajo la lluvia y les dijo que fueran a su casa que estaba a solo dos cuadras, Alberto tomó del brazo a Fabiola y le dijo que no irían, ella se soltó y le dijo que si no quería acompañarlas no lo obligaría, pero que ella tenía saber que era lo que había pasado con su madre y porque seguía viendo al niño. De pronto como si nada la tormenta y el viento cesaron, Camie les dijo que todo eso eran manifestaciones sobrenaturales y el hecho de que la cajera hubiera mencionado al niño podía deberse a había sido poseída o porque estaba a pocos días de suicidarse también.

Caminaron hasta llegar a casa de Camie, entraron y tanto Fabiola como Alberto quedaron más que sorprendidos con lo que había en esa casa.

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