Invocación (Capítulo II - El Niño)


Han pasado 3 días desde que Fabiola encontrara el cuerpo de su madre colgado en el baño tras un inesperado suicidio que tomó por sorpresa a todos en la familia; la situación que se vivía en la casa no era solamente atravesar el fuerte duelo emocional que significa el que un familiar se quite la vida, sino también el tratar con las autoridades que encontraban razones para suponer que Aurora en realidad había sido asesinada.

Los agentes policiacos pensaban que Aurora había sido asesinada debido a que no existía razón alguna para que quisiera quitarse la vida, sin embargo faltaba que descubrieran esa pieza que les faltaba para armar el caso; por su parte Fabiola aunque era una joven culta no tenía manera de explicar las situaciones extrañas que había vivido el día que su madre se suicidó. Muchas preguntas sin respuestas circulaban en su mente, ¿quién era el niño que estuvo en su casa y que nadie podía identificar?, ¿qué motivos podía tener su madre para quitarse la vida? ¿Por qué habían sucedido cosas extrañas cuando llegó a su casa aquel día?

Sin embargo a pesar del dolor que sentía por la muerte de su madre, Fabiola decidió regresar a clases, pensaba que en casa no encontraría forma de ocupar su mente en algo productivo y seguiría dándole vueltas al tema del suicidio, se bañó, preparó su cuaderno y su computadora personal, salió dispuesta a seguir viviendo, antes de salir de su casa recordó que tenía ya varios días sin servirle alimento a Edwo el gato que tenían como mascota, entró a la cocina y buscó en la alacena la bolsa de alimento, sirvió la porción que el animal acostumbraba comer y lo llamó por su nombre, pero nunca escuchó que el animal diera muestras de estar cerca, cargó sus cosas y salió al jardín donde dejó la comida y se dirigió con rumbo a su escuela.

Al llegar a la escuela Jocelyne su mejor amiga ya la esperaba, le dijo que tenía algo que decirle, que era un tema delicado y que se sentara a su lado ya que debía mostrárselo, sacó su teléfono y en él le mostró una serie de archivos que había descargado de internet donde varias personas daban testimonio de haber visto a un niño rubio de 3 o 4 años de edad momentos antes del suicidio de alguno de sus familiares. 

Jocelyne le presentó incluso un vídeo de un joven que había realizado un retrato hablado del niño, el cual coincidía en todo con el menor que había visto. – ¿De qué se trata todo esto?, me parece increíble eso que me muestras,  ¿Cómo lo descubriste?, vaya, me queda claro que fue del internet, pero… - dijo Fabiola.

Jocelyne la vio y le respondió que el día que sepultaron a Aurora, ella escuchó a Regina en el panteón comentar con otras vecinas sobre el niño con el que la había visto por la tarde, además de que Fabiola le había dicho que no tenían ningún familiar con esas características; ello había hecho que recordará que en el pasado supo de una historia similar en un programa de televisión español, donde dos personas de distintas ciudades afirmaban haber visto al pequeño cerca de su familiar antes de que se suicidase, en ambos casos la persona muerta no tenía motivos aparentes para quitarse la vida, y la coincidencia y paradoja era que en vida eran personas muy creyentes consideraban el suicidio como el mayor de los pecados.

Tras escuchar lo anterior Fabiola dijo que su madre no encajaba en el patrón de esas personas, ya que no era una persona apegada a la iglesia, sin embargo en todo lo demás las coincidencias eran muchas y que incluso el niño del retrato hablado del video era el mismo que ella había visto. Jocelyne le respondió que todo debía tratarse de algo sobrenatural, ya que el video era de hace dos años y de un habitante de Alicante en España, quien pertenecía a una familia muy cercana a la fe católica y que su hermano, quien se había suicidado tenía pocos meses de haberse ordenado como sacerdote.

Ambas se miraron a los ojos como intentando explicar por qué Aurora había corrido con la misma suerte que estas personas, en ese momento sonó la alarma de la escuela que indicaba el inicio de las clases, ambas se levantaron y se dirigieron al salón.

Por la tarde al salir de las clases Fabiola le pidió a Jocelyne que le ayudará a seguir buscando en línea cosas que pudieran servirle para descubrir lo ocurrido, que ella también investigaría porque ahora más que nunca sabía que el suicidio de su madre no era algo normal, además era evidente que el niño que se encontraba en todas las historias era el común denominador y que su origen era sobrenatural, ya que resultaba imposible que en lugares tan distantes apareciera el mismo niño antes de hechos similares y que por el niño no pasara el tiempo y permaneciera idéntico.

Al llegar a casa Fabiola recordó que su madre siempre la recibía con la comida lista, sin embargo ahora las cosas eran distintas, abrió el refrigerador y sacó algunas cosas para prepararse algo para comer cuando escuchó ruidos en la segunda planta de la casa, no dio importancia pues pensó que se trataba de Edwo, el gato, aunque cuando la televisión se encendió supo que la mascota no podría prender la televisión, acto seguido escucho la sonrisa del niño tal y como la había oído el día que su madre se suicidó.


Se armó de valor y subió a la segunda planta, al cuarto de su madre que era donde se había prendido la televisión, entró y encontró la televisión prendida y una mecedora aun meciéndose, sobre ella los aros y las costuras como las que su madre solía bordar, escuchó entonces los sollozos de alguien dentro del baño,  pero ello le parecía imposible, ya que sabía que no había nadie más en la casa y menos en el cuarto de su madre. Quiso entrar al baño, pero al momento en que tocó la perilla de la chapa la puerta se azotó con fuerza, lo que la hizo retroceder con miedo.

Venciendo el temor que la situación le provocaba Fabiola abrió la puerta y se dio cuenta que no había nadie en el baño que estaba solo, al entrar dejó la puerta abierta y por el espejo que estaba sobre el lavabo pudo ver atrás de ella al pequeño mirándola con una sonrisa macabra.

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